Luis María Monroy, un joven soldado de los tercios españoles, apresado en la isla de los Gelves cuando era soldado de las tropas de Felipe II, es uno de los muchos españoles que sufren cautiverio a manos de los turcos. Sánchez Adalid retrata las extraordinarias vivencias de Monroy, quien, gracias a sus habilidades con el laúd, a su fina intuición y a algún que otro golpe de suerte, no sólo conservará la vida, sino que se convertirá en una pieza clave en las tramas de espionaje que facilitaron algunas importantes victorias a la flota cristiana.
La mayor parte de la acción se produce en el Imperio otomano, siendo emperador el famoso Solimán, y rey de España Felipe II.
La novela es muy entretenida y fácil de leer. Por sacarle algún pero, en el epílogo además de la bibliografía se explica la jerarquía en la corte del Gran Turco, y si esto fuese el prólogo se entenderían algunas cosas mejor. Muy recomendable.