Para Eric Truell, la ocasión de pronunciar el panegírico de Arthur Bowman, el maestro de periodistas muerto misteriosamente en China, significa pasar de promesa del periodismo a figura consagrada. Corresponsal de The New York Mirror ha cubierto varios acontecimientos relacionados con alguna mafia, e investiga un contrato para el desarrollo de biotecnología en China, por el que compiten Estados Unidos y Francia. Se ve involucrado en estas intrigas y se convierte en instrumento de las estrategias de la CIA, lo que le lleva al dilema ético de su profesionalidad.
Una reflexión sobre los criterios deontológicos del periodismo, en una novela de espionaje y acción. Verdaderamente muy entretenida.