Antes de su muerte en 1609, el brillante espía, astrólogo y matemático isabelino John Dee esconde muchos de sus documentos pensando que el mundo no estaba aún preparado para las ideas que éstos contenían. En la primavera de 2003, la última heredera y guardiana del secreto debe pasar el enigmático legado a uno de sus dos hijos. Diana, pocos días antes de morir, elige a su apasionado hijo menor Will, dejándole una pequeña llave de plata con una nota: «Para Will, cuando sea algo o alguien que no es ahora».
Pocos meses después, mientras Lucy King, gravemente enferma, espera un trasplante de corazón en Londres, Will, el hijo de Diana, recorre Europa en su moto intentando descifrar las pistas del antiguo documento y encontrar el cofre que abre la llave. Es una búsqueda que lo dejará inextricablemente unido a Lucy, pero Will no es el único que trata de encontrar la verdad en el corazón del Laberinto de la Rosa. Un acertijo que desvelar, un legado que desenterrar, un corazón que curar. Una búsqueda de la verdad en el corazón del laberinto de la rosa.
Hasta aquí el resumen oficial. Sorprende la presentación con la reproducción de un montón de pergaminos anexos al libro, y parece que va a ser una aventura en la que participes buscando en los legajos. Nada más lejos de la realidad, no sirven para nada, son unas pistas para resolver enigmas, pero traducidos pierden su utilidad. Es bastante duro de leer y con unas bases tan enrevesadas que lo he terminado de leer por orgullo. Casi una historia de amor, con fundamentos en los alquimistas, rosacruces, fanáticos religiosos, y mucho misticismo. Personalmente creo que su éxito se deba al marketing que lo asemeja a las obras de Dan Brown, pero ni de lejos.