Esta es la albada del viento
la albada del que se fue
que quiso volver un día
pero eso no pudo ser.
He sentido sonar muy cerca la albada del que se fue. La canción de José Antonio Labordeta, poco después de su sepelio, la he sentido en mis carnes … y las quiero unir en homenaje al que se fue, a unas frases que he leído en labios de un viejo judío y me llegaron al corazón.
La vejez no nos hace sabios, y la muerte no nos acerca a Dios. No somos más que hombres mortales. El que nos creó puso en nosotros una chispa de su espíritu, y la intuición de que, en algún lugar, arde una llama. Pero nos dejó en la oscuridad.
Tenemos que hacer brillar la chispa, para iluminar la oscuridad que nos asusta. Pero sólo los bienaventurados tienen la fuerza necesaria, y los fuertes, y no por meritos propios. A unos les queda la fe, para superar el temor. La fe no necesita luz, pues es ciega. Hay unas pocas islas de luz en este oscuro mar de necedad y superstición.
Tras la muerte no hay nada más que la huella que dejamos en la Tierra. Lo sé. Pero, ¿qué sé yo? (El puente de Alcántara – Frank Baer)
Lo cierto es que quien se fue dejo en la Tierra a muchas personas que le querían, y en mi corazón una huella que nunca olvidaré.
Me llega a la memoria un gran artículo de mi colega Nacho, también Laura se fue.